Una feria, varios proyectos y mucho talento tecnológico en Jesuïtes Bellvitge

Hay días que en la escuela pasan cosas que escapan un poco de lo que sería el día a día de clases, exámenes y trabajo de pantalla. Días en que los alumnos dejan de ser sólo alumnos para convertirse en protagonistas de lo que han estado preparando durante meses. Esto es exactamente lo que ocurrió durante la Feria DIT en Jesuïtes Bellvitge.

Imatge
fp bellvitge

Los estudiantes de los ciclos de DAW (Desarrollo de Aplicaciones Web) y ASIX (Administración de Sistemas Informáticos en Red) tuvieron su momento para lucirse. Y no, no fue con una presentación aburrida o con un PowerPoint cargado de texto. Quitaron la tecnología de las aulas y la pusieron en las mesas, para compartirla con todo el mundo.

Los de ASIX, que básicamente son los que cuidan de que todo funcione y no nos caigan los servidores a la mínima, presentaron dos propuestas bastante potentes. Una era un proyecto de ciberseguridad que servía para mostrar lo fácil (y peligroso) que puede ser capturar contraseñas si no tienes cuidado. Un buen toque de atención para todo el mundo que todavía no revisa las páginas en las que accede ni a las redes inalámbricas que se conecta. El otro proyecto era una plataforma de retransmisión de vídeo en streaming, montada por ellos mismos, en la que podían hacer directos sin depender de grandes empresas ni servicios externos. Todo hogareño, pero bien hecho.

Mientras, los de DAW, que son más que programar aplicaciones y hacer que todo sea bonito y útil, presentaron dos herramientas pensadas para facilitarnos la vida. La primera, una aplicación para ayudar a los estudiantes, el centro y las empresas a encontrar y gestionar las prácticas. La segunda era una plataforma para poner en contacto a gente que ofrece servicios (como electricistas, fontaneros, etc.) con gente que la necesita.Nada de grupos de WhatsApp o notas en el portal: aquí todo bien ordenado, digital y eficiente. Como si fuese un "Wallapop" pero prestando servicios y no objetos materiales.

En definitiva, una feria que, más allá de mostrar proyectos, sirvió para ver que detrás de cada línea de código y cada servidor montado hay mucho talento, ganas y horas invertidas. Y eso, en un mundo en el que la tecnología no deja de crecer, no es poco.